No creo que me equivoque si digo que muchos de vosotros estabais esperando con gran interés y curiosidad el resultado de estas elecciones que, además de ser muy importantes en sí mismas, eran algo así como el termómetro que iba a medir la temperatura del descontento ciudadano, no sólo contra las políticas del Gobierno, sino contra el bipartidismo que ha resultado ser un lastre para el funcionamiento de la democracia, de una democracia real y más cercana a la sociedad. Yo, sinceramente, estaba expectante para ver si todos los movimientos de protesta ciudadana de estos dos últimos años, empezando por el 15-M y siguiendo con las distintas “mareas”, se iban a reflejar en las urnas que, en definitiva, es lo que vale.
Ahora
bien, lo que no esperaba es que, a estas alturas y con la que ha estado y sigue
cayendo encima de vosotros, una gran parte de la ciudadanía, la mayoría en este
caso, siguiese instalada en el pasotismo y en la ignorancia… Me quedo con
muchas ganas de ladrarles algún adjetivo más, pero vamos a dejarlo ahí. Porque,
al margen de los resultados de los que sí han votado, que comentaré después,
nunca he entendido y sigo sin entender que alguien considere la abstención como
una opción a la hora de votar en unas elecciones. Para mí, la abstención no
tiene otro significado que un voto contra la democracia. ¿Para qué demonios la
quereis entonces? ¿Es que a los abstencionistas les gustaría más un régimen
dictatorial que no permitiese un sistema de elecciones libres, que no
permitiese la existencia de partidos, ni de ideologías, que permitiese solamente
un pensamiento único, el del sátrapa, cacique o tirano de turno y sus
compinches?
Mira,
querido humano abstencionista, el único mensaje que das con quedarte en casa es
ese, que te importa un bledo la democracia. No, de ninguna manera me vale que
me digas que estás harto de los partidos políticos, que no crees en ninguno y
todas esas zarandajas y tópicos. Yo también estoy hasta el último pelo de mi rabillo
de los políticos en general y de los del Gobierno en particular, pero
abstenerse no soluciona los problemas. Quizás estás pensando que votar tampoco,
pero hay una gran diferencia. Os ha
costado mucho salir de una dictadura y tener un régimen democrático, bastante
imperfecto, pero democrático al fin y al
cabo. Y todo lo que sea imperfecto se puede cambiar y mejorar. ¿Y quién puede
hacerlo? Los partidos y los políticos con vuestros votos. Para eso son los
votos, para echar a quien no sirve y reemplazarlos por personas más honestas
que trabajen de verdad para lograr una sociedad más justa en todos los
sentidos. Y si eso ya es difícil, de por sí, lograrlo con los votos, imagínate
qué consigues tú quedándote en casa y pasando de todo. Si realmente estás
harto, hay otras formas de manifestarlo: por ejemplo, molestarte en informarte
del programa de los partidos que se presentan y votar por el que mejor te
parezca, y si, aún así, no te convence o
no te gusta ninguno, vota en blanco. El voto en blanco, lo que quiere decir es
eso, quiero la democracia, pero no me gusta ningún partido de los que existen
en este momento. Claro que todo eso implica molestias y trabajo, pero la
libertad implica eso, molestias y trabajo, pero sobre todo responsabilidad para
ejercerla, y abstenerse, con todos mis respetos, me parece muy poco
responsable. Porque si tu pasas de la política, la política no va a pasar de
ti, ya que está presente en todos, toditos, los ámbitos de tu vida. Así que
“pasar” de la política es igual a “pasar” de tu vida. Por lo tanto en las
próximas elecciones, las generales, sigue pasando…. Tú mismo, ciudadano…. ¡Ay madre,
con lo que daría yo por poder votar….!
Para terminar este argumento que puede sonar a bronca, porque lo es, invito a
los abstencionistas a que analicen los resultados e intenten imaginar lo que
habría pasado si todos esos descontentos que han despreciado las urnas hubiesen
ido a votar… No digo más, lo dejo ahí.
Y ahora,
sí, ahora voy a opinar sobre los resultados. Ya sabéis que puestos a opinar, servidora,
aunque soy una perrita, opino de todo. El primer resultado es el que acabo de
comentar: La abstención gana por mayoría absoluta. Y después dentro del
recuento de los votos, lo más llamativo e importante es el principio del fin
del bipartidismo. Los dos partidos hegemónicos, PP y PSOE, han recibido un
serio varapalo, ya que la suma de ambos no llega al 50% de los votos y esto es
la primera vez que pasa en vuestra historia reciente. El bipartidismo ha
perdido más de 30 puntos, es decir, cinco millones de votos y 17 y escaños.
¡Casi ná…! Eso sí que da para que asesores sesudos y políticos de ambos
partidos se sienten a analizar y meditar sobre su significado. El PSOE parece
que ha sabido interpretarlo, pues Rubalacaba ya ha anunciado su marcha y la
convocatoria de un Congreso Extraordinario para intentar sacar al partido del
pozo en el que se encuentra. Sin embargo, los otros, por la boquita del señor
Floriano, haciendo el ridículo, como cada vez que habla, lo primero que
resaltan es que el PP ha ganado las elecciones… Hombre, estaría bueno que no
hubiera sido así, eso sí que habría sido un cataclismo político en toda regla,
sobre todo sabiendo que el electorado de derechas es bastante fiel. Pero tanto
como ganar… Ante esta victoria tan pírrica y teniendo en cuenta el palo que se
han llevado, yo ni me atrevería a hablar. Pero eso no va con este señor. Refiriéndose
a Podemos, la sorpresa y, desde un punto de vista social, el gran ganador de esta jornada
electoral, ha afirmado que son de extrema izquierda y los responsables de los
escraches, entre otras tonterías, lo que me parece una estupidez y una falta de
visión política que no merece ni un comentario más…
Bueno, sí,
hay otro comentario. Parece ser, según ha publicado un diario, que Rajoy está satisfecho
porque ha sacado más votos que el PSOE. Ha ganado el pulso a Rubacalba y, al parecer, la lectura que hace de ello es
que los votantes han dado el visto bueno a su política de recortes, porque si
no fuese así habrían votado al PSOE… De verdad, esto ya me parece esperpéntico…
Si el análisis que hace de su, canija victoria es ese, no me extraña que estéis
como estáis. Pues no señor Rajoy, la lectura real de los resultados es la
siguiente. Los votantes han dado una patada al bipartidismo, en realidad dos,
dos pataditas. Y en cuanto a su partido,
que ha sacado cuatro millones de votos, quiere decir que, sin contar la
abstención, que pasan de todo y, por lo tanto, también de ustedes, hay diez
millones de ciudadanos que no les han votado, así que, aunque hayan ganado,
democráticamente hablando, a ver si de una santísima vez se entera usted de la
realidad de la calle.
Hay que
resaltar el aumento de votos, tanto de
La Izquierda Plural (IU) como de UPyD,
pero sin lugar a dudas, la sorpresa ha sido la irrupción de Podemos en el
panorama político, superando en votos a UPyD y acercándose a los conseguidos
por Izquierda Plural. Por el contrario, otros partidos, algunos de los cuales
tienen su origen también en los movimientos de ciudadanos descontentos con las
políticas que se están llevando cabo, tanto en España como en Europa,
tristemente no han conseguido los votos necesarios para sentarse en
Estrasburgo. Me refiero, entre otros, al Partido Animalista (PACMA) con 176.237
votos; el Movimiento de Renovación Democrática Ciudadana (RED) (105.183); la Red Ciudadana Partido X (100.115); Confederación
Piratas (38.422); DER, la agrupación de electores de Discapacitados y Enfermedades
Raras (32.531); Agrupación Electoral,
Recortes Cero (30.958) e Iniciativa Feminista (25.199).
Y vuelvo a
mis anteriores artículos: Trabajar en lo
que une y A vueltas con lo mismo. Estos
partidos que menciono, más los que han conseguido escaño como IU, Podemos,
Ciudadanos y Primavera Europea, creo que tienen en sus programas muchas más
cosas que les unen que las que les separan. Si sumamos todos los votos, nos
daría, aproximadamente, más de cuatro millones de votos, lo que hubiera situado
a esa plataforma o coalición electoral por delante del PSOE e, incluso, del PP.
Eso sí que hubiese sido realmente efectivo e inmejorable para los sufridos
ciudadanos.
Pero no ha
podido ser. Por ejemplo, según las informaciones que me han llegado, Izquierda
Unida no quiso unirse a Podemos, o no permitió que Podemos se uniese a ellos, o
no permitió que Pablo Iglesias fuese en sus listas porque pedía primarias
abiertas, pero, a su vez, Podemos creo que tampoco quiso unirse con Recortes
Cero. Ignoro si ha pasado algo parecido con el Partido X y con las otras
formaciones. Lo que es evidente es que, a la vista del resultado, éste ha sido muy
bueno por el aumento de IU y la irrupción de Podemos, pero muy malo por la
atomización final de los otros votos, votos que tristemente se han perdido para
la democracia y para la ciudadanía.
¿Aprenderán
la lección? Las generales están a la vuelta de la esquina. Personalmente, me da
mucha pena que estos millones de personas que están en la misma onda de
regenerar la democracia, luchar contra la corrupción, etc. etc., no sean
capaces de forzar, cada uno desde su formación, un gran pacto, una gran
coalición electoral que alcanzaría, sin duda alguna, una mayoría indiscutible
que les permitiría llevar a cabo las políticas que necesitan los ciudadanos.
Pero mucho me temo que, tras las próximas elecciones volverán a encontrarme
aquí diciendo lo mismo…
Y termino ya
con la última reflexión. Vale, el PP ha perdido dos millones y medio de votos,
pero no logro entender que con todo lo que ha venido haciendo, los recortes en
Sanidad y Educación, el aumento de impuestos, privatizar todo lo que han
podido, dejar a los pensionistas cada vez con menos poder adquisitivo, no haber
conseguido reactivar el empleo, acabar con muchos derechos conseguidos por los
trabajadores, y no digamos ya todo lo relacionado con la palabra corrupción,
todavía, todavía, pueda haber cuatro millones de personas que sigan votándolos.
Pero aún entiendo menos que un pensionista y un trabajador puedan votar a un
partido de derechas.
Son esos
misterios insondables de la psicología humana. Será que yo, como perrita que soy,
no puedo entenderlos, y eso que soy lista y lo intento, de verdad que lo intento.
Pero no. Es como si hubiese elecciones en la dimensión canina y voy yo y voto a
Cruella…
Vamosssss, “pa” matarme….
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